Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 41:12-26 verso por verso
El edificio que estaba al frente del área reservada en el lado occidental tenía treinta y cinco metros, y la pared de alrededor del edificio tenía dos metros y medio de espesor y cuarenta y cinco metros de largo.
Midió el templo, y tenía cincuenta metros de largo. El área reservada y el edificio tenían paredes de cincuenta metros de largo.
El ancho de la fachada del templo y del área reservada era de cincuenta metros.
Midió el largo del edificio que estaba delante del área reservada que había detrás del templo y sus pasillos, tanto a un lado como al otro, y era de cincuenta metros. También midió la sala interior y el vestíbulo exterior.
Los umbrales, las ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, y los pasillos alrededor de los tres pisos, frente al umbral, todo alrededor estaba recubierto con madera desde el suelo hasta las ventanas. También las ventanas estaban recubiertas,
encima de la entrada y hasta el lugar santísimo. Toda la pared alrededor, tanto por dentro como por fuera, según medidas,
estaba decorada con querubines y palmeras. Entre querubín y querubín había una palmera. Cada querubín tenía dos caras:
una cara de hombre que miraba hacia un costado de la palmera, y la otra de león que miraba hacia el otro costado de la palmera. Y estaban hechos alrededor de todo el edificio del templo.
Desde el suelo hasta encima de la entrada, y por toda la pared del templo, había grabados de querubines y de palmeras.
Los postes del lugar santo eran cuadrangulares y el aspecto de los del frente del lugar santísimo era semejante.
El altar de madera tenía un metro y medio de alto por un metro de largo. Tanto sus esquinas, como su base y sus paredes eran de madera. Y me dijo: “Esta es la mesa que está delante del SEÑOR”.
El lugar santo y el lugar santísimo tenían dos puertas.
En cada puerta había dos hojas que giraban; había dos hojas en una puerta y dos hojas en la otra puerta.
En las puertas del lugar santo había grabados de querubines y de palmeras, así como los que estaban grabados en las paredes. Sobre la fachada del pórtico, por el lado exterior, había un alero de madera.
Había ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, y decoraciones de palmeras a uno y otro lado de los costados del vestíbulo, tanto en los cuartos laterales del edificio como en los aleros.