Explicación, estudio y comentario bíblico de Ezequiel 42:4-26 verso por verso
Delante de las cámaras, hacia la parte de adentro, había un corredor de cinco metros de ancho y de cincuenta metros de largo; y sus puertas daban hacia el norte.
Las cámaras de más arriba eran más estrechas, porque los pasillos les restaban espacio, más que a las bajas y a las intermedias del edificio.
Como estaban dispuestas en tres pisos y no tenían columnas como las columnas de los atrios, por eso eran más angostas que las inferiores y las intermedias.
El muro que estaba afuera, enfrente de las cámaras, hacia el atrio exterior y delante de las cámaras, tenía veinticinco metros de largo.
Porque el largo de las cámaras del atrio exterior era de veinticinco metros, y delante de la fachada del templo había cincuenta metros.
Y debajo de estas cámaras estaba la entrada del lado oriental, para quien entra desde el atrio exterior.
A lo largo del muro del atrio, hacia el sur, frente al área reservada y delante del edificio, también había cámaras.
El corredor que había delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte, tanto su largo como su ancho y todas sus salidas y entradas. Y semejantes a sus entradas
eran las entradas de las cámaras que daban al sur. Había una entrada en el comienzo del corredor, frente al muro correspondiente que daba al oriente, para quien entra en ellas.
Me dijo: “Las cámaras del norte y las del sur, que están frente al área reservada, son las cámaras de las cosas sagradas, en las cuales los sacerdotes que se acercan al SEÑOR pueden comer de las cosas más sagradas. Allí pondrán las cosas más sagradas — la ofrenda vegetal, el sacrificio por el pecado y el sacrificio por la culpa — ; porque el lugar es santo.
Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del santuario al atrio exterior sin antes dejar allí sus vestiduras con que sirven, porque estas son santas. Se vestirán con otras vestiduras y así se acercarán a los lugares destinados al pueblo”.
Luego que acabó de tomar las medidas del interior del templo, me sacó por el camino de la puerta que daba al oriente y lo midió en derredor.
Midió el lado oriental con la caña de medir: mil quinientos metros. Dio la vuelta
y midió el lado norte con la caña de medir: mil quinientos metros. Dio la vuelta
y midió el lado sur con la caña de medir: mil quinientos metros.
Dio la vuelta hacia el lado occidental y midió con la caña de medir: mil quinientos metros.
Lo midió por los cuatro lados; tenía alrededor un muro de mil quinientos metros de largo por mil quinientos metros de ancho, para hacer separación entre lo santo y lo profano.