• Ezequiel 9:7

    Y les dijo: — ¡Contaminen el templo y llenen los atrios con muertos! ¡Salgan! Ellos salieron y comenzaron a matarlos en la ciudad.

  • Ezequiel 9:8

    Y aconteció que mientras los mataban, y yo me quedaba solo, me postré sobre mi rostro y clamé diciendo: — ¡Ay, SEÑOR Dios! ¿Vas a destruir todo el remanente de Israel al derramar tu ira sobre Jerusalén?

  • Ezequiel 9:9

    Y él me dijo: — La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es demasiado grande. La tierra está llena de hechos de sangre, y la ciudad está llena de injusticias. Porque han dicho: “El SEÑOR ha abandonado la tierra; el SEÑOR no ve”.

  • Ezequiel 9:10

    En cuanto a mí, mi ojo no tendrá lástima ni tendré compasión. Haré recaer su conducta sobre sus propias cabezas.

  • Ezequiel 9:11

    Y he aquí que el hombre vestido de lino, y que llevaba al cinto los útiles de escriba, dio informe diciendo: — He hecho conforme a lo que me has mandado.

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