Explicación, estudio y comentario bíblico de Gálatas 2:3-10 verso por verso
Sin embargo, ni siquiera Tito, quien estaba conmigo, siendo griego fue obligado a circuncidarse,
a pesar de los falsos hermanos quienes se infiltraron secretamente para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de reducirnos a esclavitud.
Ni por un momento cedimos en sumisión a ellos para que la verdad del evangelio permaneciera a favor de ustedes.
Sin embargo, aquellos que tenían reputación de ser importantes — quiénes hayan sido en otro tiempo, a mí nada me importa; Dios no hace distinción de personas — a mí, a la verdad, los de alta reputación no me añadieron nada nuevo.
Más bien, al contrario, cuando vieron que me había sido confiado el evangelio para la incircuncisión igual que a Pedro para la circuncisión
— porque el que actuó en Pedro para hacerlo apóstol de la circuncisión actuó también en mí para hacerme apóstol a favor de los gentiles — ,
y cuando percibieron la gracia que me había sido dada, Jacobo, Pedro y Juan, quienes tenían reputación de ser columnas, nos dieron a Bernabé y a mí la mano derecha en señal de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los de la circuncisión.
Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, cosa que procuré hacer con esmero.