Explicación, estudio y comentario bíblico de Gálatas 2:6-14 verso por verso
Sin embargo, aquellos que tenían reputación de ser importantes — quiénes hayan sido en otro tiempo, a mí nada me importa; Dios no hace distinción de personas — a mí, a la verdad, los de alta reputación no me añadieron nada nuevo.
Más bien, al contrario, cuando vieron que me había sido confiado el evangelio para la incircuncisión igual que a Pedro para la circuncisión
— porque el que actuó en Pedro para hacerlo apóstol de la circuncisión actuó también en mí para hacerme apóstol a favor de los gentiles — ,
y cuando percibieron la gracia que me había sido dada, Jacobo, Pedro y Juan, quienes tenían reputación de ser columnas, nos dieron a Bernabé y a mí la mano derecha en señal de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los de la circuncisión.
Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, cosa que procuré hacer con esmero.
Pero cuando Pedro vino a Antioquía, yo me opuse a él frente a frente porque era reprensible.
Pues antes que vinieran ciertas personas de parte de Jacobo, él comía con los gentiles; pero cuando llegaron, se retraía y apartaba temiendo a los de la circuncisión.
Y los otros judíos participaban con él en su simulación, de tal manera que aun Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos.
En cambio, cuando vi que no andaban rectamente ante la verdad del evangelio, le dije a Pedro delante de todos: “Si tú, que eres judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a hacerse judíos?”.