Explicación, estudio y comentario bíblico de Gálatas 4:1-16 verso por verso
Digo, además, que entre tanto que el heredero es niño en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;
más bien, está bajo guardianes y mayordomos hasta el tiempo señalado por su padre.
De igual modo nosotros también, cuando éramos niños, éramos esclavos sujetos a los principios elementales del mundo.
Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
para que redimiera a los que estaban bajo la ley a fin de que recibiéramos la adopción de hijos.
Y por cuanto son hijos, Dios envió a nuestro corazón el Espíritu de su Hijo que clama: “Abba, Padre”.
Así que ya no eres más esclavo sino hijo; y si hijo, también eres heredero por medio de Dios.
Sin embargo, en otro tiempo, cuando no habían conocido a Dios, sirvieron a los que por naturaleza no son dioses.
En cambio, ahora que han conocido a Dios o, mejor dicho, ya que han sido conocidos por Dios, ¿cómo es que se vuelven de nuevo a los débiles y pobres principios elementales? ¿Quieren volver a servirlos otra vez?
¡Ustedes guardan los días, los meses, las estaciones y los años!
Me temo por ustedes, que yo haya trabajado en vano a su favor.
Les ruego, hermanos, que se hagan como yo, ya que yo me hice como ustedes. No me han hecho ningún agravio.
Saben que fue a causa de una debilidad física que les anuncié el evangelio la primera vez;
y lo que en mi cuerpo era prueba para ustedes, no lo desecharon ni lo menospreciaron. Al contrario, me recibieron como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.
¿Dónde está, pues, su bienaventuranza? Porque les doy testimonio de que, si hubiera sido posible, se habrían sacado sus ojos para dármelos.
¿Resulta que ahora me he hecho su enemigo por decirles la verdad?