Explicación, estudio y comentario bíblico de Gálatas 4:8-31 verso por verso
Sin embargo, en otro tiempo, cuando no habían conocido a Dios, sirvieron a los que por naturaleza no son dioses.
En cambio, ahora que han conocido a Dios o, mejor dicho, ya que han sido conocidos por Dios, ¿cómo es que se vuelven de nuevo a los débiles y pobres principios elementales? ¿Quieren volver a servirlos otra vez?
¡Ustedes guardan los días, los meses, las estaciones y los años!
Me temo por ustedes, que yo haya trabajado en vano a su favor.
Les ruego, hermanos, que se hagan como yo, ya que yo me hice como ustedes. No me han hecho ningún agravio.
Saben que fue a causa de una debilidad física que les anuncié el evangelio la primera vez;
y lo que en mi cuerpo era prueba para ustedes, no lo desecharon ni lo menospreciaron. Al contrario, me recibieron como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.
¿Dónde está, pues, su bienaventuranza? Porque les doy testimonio de que, si hubiera sido posible, se habrían sacado sus ojos para dármelos.
¿Resulta que ahora me he hecho su enemigo por decirles la verdad?
Ellos tienen celo por ustedes, pero no para bien; al contrario, quieren aislarlos para que ustedes tengan celo por ellos.
Bueno es ser siempre celosos del bien, y no solamente cuando estoy presente con ustedes.
Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes,
yo quisiera estar ahora con ustedes y cambiar el tono de mi voz porque estoy perplejo en cuanto a ustedes.
Díganme los que quieren estar bajo la ley: ¿No escuchan la ley?
Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre.
Pero mientras que el de la esclava nació según la carne, el de la libre nació por medio de la promesa.
En estas cosas hay una alegoría pues estas mujeres son dos pactos: Agar es el pacto del monte Sinaí que engendró hijos para esclavitud.
Porque Agar representa a Sinaí, montaña que está en Arabia y corresponde a la Jerusalén actual, la cual es esclava juntamente con sus hijos.
Pero la Jerusalén de arriba, la cual es nuestra madre, es libre;
porque está escrito:
Ahora bien, hermanos, ustedes son hijos de la promesa tal como Isaac.
Pero como en aquel tiempo el que fue engendrado según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así es ahora también.
Pero, ¿qué dice la Escritura?
Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.