Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 19:12-26 verso por verso
Aquellos hombres dijeron a Lot: — ¿Tienes aquí a alguien más? Yernos, hijos, hijas; cualquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar.
Porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha llegado a ser grande delante del SEÑOR. Por eso el SEÑOR nos ha enviado para destruirlo.
Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de casarse con sus hijas, y les dijo: — ¡Levántense, salgan de este lugar, porque el SEÑOR va a destruir la ciudad! Pero a sus yernos les pareció que bromeaba.
Y al rayar el alba, los ángeles apremiaban a Lot, diciéndole: — ¡Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seas destruido con el castigo de la ciudad!
Cuando se detenía, los hombres tomaron su mano, la mano de su mujer y las manos de sus dos hijas, por la misericordia del SEÑOR para con él. Lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.
Y después de haberlos sacado fuera, le dijeron: — ¡Escapa por tu vida! No mires atrás ni te detengas en toda esta llanura. Escapa a la montaña, no sea que perezcas.
Lot le dijo: — ¡Por favor, no, señor mío!
He aquí que tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos y has engrandecido tu misericordia que has mostrado conmigo dándome la vida. Pero yo no podré escapar a la montaña, no sea que me alcance el mal y muera.
He allí esa ciudad está cerca para escapar allá, y es pequeña. Deja que escape allá y salve mi vida. ¿Acaso no es pequeña?
Le respondió: — He aquí que también te he atendido con respecto a este asunto. No destruiré la ciudad de la cual has hablado.
Date prisa y escapa allá. Nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad Zoar.
El sol ya había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar.
Entonces el SEÑOR hizo llover desde los cielos azufre y fuego de parte del SEÑOR sobre Sodoma y Gomorra.
Y trastornó aquellas ciudades, toda la llanura con todos los habitantes de las ciudades y las plantas de la tierra.
Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se convirtió en una columna de sal.