Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 24:1-10 verso por verso
Abraham era ya anciano y muy avanzado en años, y el SEÑOR había bendecido a Abraham en todo.
Entonces Abraham dijo a un siervo suyo, el más viejo de su casa y que administraba todo lo que tenía: — Por favor, pon tu mano debajo de mi muslo,
y te haré jurar por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo una mujer de las hijas de los cananeos entre los cuales habito.
Más bien, irás a mi tierra, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.
Su siervo le respondió: — Quizás la mujer no quiera venir conmigo a esta tierra. ¿He de hacer volver a tu hijo a la tierra de donde saliste?
Abraham le dijo: — Guárdate, no sea que hagas volver a mi hijo allá.
El SEÑOR, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, y que me habló y me juró diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra”, él enviará su ángel delante de ti, y tú tomarás de allí una mujer para mi hijo.
Pero si la mujer no quiere venir contigo, tú quedarás libre de este juramento mío. Solamente que no hagas volver allá a mi hijo.
Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este asunto.
Y el siervo tomó diez de los camellos de su señor, y se fue llevando consigo toda clase de cosas preciadas de su señor. Partió y se fue a Siria mesopotámica, a la ciudad de Nacor,