Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 24:27-33 verso por verso
diciendo: — ¡Bendito sea el SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que no apartó de mi señor su misericordia y su verdad! En el camino el SEÑOR me guió hacia la casa de los hermanos de mi señor.
La joven corrió y contó estas cosas en la casa de su madre.
Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, hacia el manantial.
Sucedió que cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca, que decía: “Así me habló aquel hombre”, vino a él, y he aquí que él estaba junto a los camellos, al lado del manantial.
Y le dijo: — Ven, bendito del SEÑOR. ¿Por qué estás ahí fuera? Yo he preparado la casa y el lugar para los camellos.
Entonces el hombre fue a la casa. Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje. Luego trajo agua para lavar los pies de él y los pies de los hombres que venían con él.
También puso comida delante de él, pero él dijo: — No comeré hasta que haya dicho lo que tengo que decir. Labán le dijo: — Habla.