• Génesis 24:27

    diciendo: — ¡Bendito sea el SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que no apartó de mi señor su misericordia y su verdad! En el camino el SEÑOR me guió hacia la casa de los hermanos de mi señor.

  • Génesis 24:28

    La joven corrió y contó estas cosas en la casa de su madre.

  • Génesis 24:29

    Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, hacia el manantial.

  • Génesis 24:30

    Sucedió que cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca, que decía: “Así me habló aquel hombre”, vino a él, y he aquí que él estaba junto a los camellos, al lado del manantial.

  • Génesis 24:31

    Y le dijo: — Ven, bendito del SEÑOR. ¿Por qué estás ahí fuera? Yo he preparado la casa y el lugar para los camellos.

  • Génesis 24:32

    Entonces el hombre fue a la casa. Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje. Luego trajo agua para lavar los pies de él y los pies de los hombres que venían con él.

  • Génesis 24:33

    También puso comida delante de él, pero él dijo: — No comeré hasta que haya dicho lo que tengo que decir. Labán le dijo: — Habla.

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