Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 3:8-19 verso por verso
Cuando oyeron la voz del SEÑOR Dios que se paseaba por el jardín en la brisa del día, el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del jardín.
Pero el SEÑOR Dios llamó al hombre y le preguntó: — ¿Dónde estás tú?
Él respondió: — Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí.
Le preguntó Dios: — ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieras?
El hombre respondió: — La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí.
Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer: — ¿Por qué has hecho esto? La mujer dijo: — La serpiente me engañó, y comí.
Entonces el SEÑOR Dios dijo a la serpiente: — Porque hiciste esto, serás maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida.
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón.
A la mujer dijo: — Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti.
Y al hombre dijo: — Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: “No comas de él”, sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;
espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.