Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 30:25-34 verso por verso
Y aconteció que cuando Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: — Déjame ir a mi lugar, a mi tierra.
Dame mis mujeres y mis hijos por quienes he trabajado para ti, y déjame ir. Tú conoces el trabajo que yo he realizado para ti.
Labán le respondió: — Por favor, si he hallado gracia ante tus ojos… He visto que el SEÑOR me ha bendecido por tu causa.
— Y añadió — : Señálame tu salario, y yo te lo pagaré.
Él respondió: — Tú sabes cómo he trabajado para ti y cómo ha estado tu ganado conmigo.
Pues poco tenías antes de que yo viniera, y ha crecido abundantemente. El SEÑOR te ha bendecido con mi llegada. Ahora, ¿cuándo he de trabajar yo también por mi propia casa?
Él le preguntó: — ¿Qué te daré? Jacob respondió: — No me des nada. Pero si haces para mí lo siguiente, volveré a apacentar y a cuidar tus ovejas:
Yo pasaré hoy en medio de todo tu rebaño, poniendo aparte toda oveja pintada o salpicada de diversos colores y todo cordero de color oscuro entre las ovejas; y de entre las cabras las salpicadas de diversos colores y las pintadas. Eso será mi salario.
Así será constatada mi honradez en el futuro, cuando tomes en cuenta mi salario: Toda cabra que no sea pintada o salpicada y toda oveja que no sea de color oscuro, que esté conmigo, será considerada como robada.
Labán dijo: — ¡Bien! Que sea como tú dices.