Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 33:1-12 verso por verso
Alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí que Esaú venía con los cuatrocientos hombres. Entonces él repartió sus hijos entre Lea, Raquel y sus dos siervas.
Puso a las siervas y a sus hijos delante, después a Lea y a sus hijos, y al final a Raquel y a José.
Él mismo pasó delante de ellos y se postró en tierra siete veces, hasta que se acercó a su hermano.
Esaú corrió a su encuentro, lo abrazó, se echó sobre su cuello y lo besó. Y lloraron.
Alzó sus ojos, vio a las mujeres y a los niños y preguntó: — ¿Quiénes son estos para ti? Y él respondió: — Son los hijos que Dios, en su gracia, ha dado a tu siervo.
Entonces se acercaron las siervas y sus hijos, y se postraron.
También se acercaron Lea y sus hijos, y se postraron. Finalmente se acercaron José y Raquel, y se postraron.
Entonces Esaú le preguntó: — ¿Cuál es el propósito de todos esos grupos que he encontrado? Y él respondió: — Hallar gracia ante los ojos de mi señor.
Esaú le dijo: — Yo tengo suficiente, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.
Y Jacob respondió: — No, por favor. Si he hallado gracia ante tus ojos, toma mi presente de mis manos, pues el ver tu cara ha sido como si hubiera visto el rostro de Dios, y me has mostrado tu favor.
Acepta, pues, mi presente que te ha sido traído, pues Dios me ha favorecido, porque tengo de todo. Él insistió, y Esaú lo aceptó.
Luego este dijo: — ¡Vamos, partamos! Yo te acompañaré.