Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 34:14-31 verso por verso
Les dijeron: — No podemos hacer eso de dar nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque entre nosotros eso es una abominación.
Solo con esta condición accederemos: que sean como nosotros, al circuncidarse todos sus varones.
Entonces les daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las de ustedes. Habitaremos con ustedes y seremos un solo pueblo.
Pero si no nos hacen caso en circuncidarse, tomaremos a nuestra hermana y nos iremos.
Sus palabras parecieron bien a Hamor y a su hijo Siquem.
No tardó el joven en hacerlo, porque la hija de Jacob le había gustado. Además, él era el más distinguido de toda la casa de su padre.
Entonces Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de la ciudad y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo:
— Estos hombres son pacíficos para con nosotros. Que habiten ellos en la tierra y que negocien en ella, pues he aquí la tierra es amplia para ellos también. Nosotros tomaremos sus hijas por mujeres y les daremos nuestras hijas.
Pero con esta condición accederán estos hombres para habitar con nosotros, de modo que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón de entre nosotros, así como ellos son circuncidados.
Sus rebaños, sus posesiones y todo su ganado, ¿no serán así nuestros? Solo accedamos a su condición, y ellos habitarán con nosotros.
Todos los que salían por las puertas de la ciudad hicieron caso a Hamor y a su hijo Siquem. Circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por las puertas de la ciudad.
Pero sucedió que al tercer día, cuando ellos aún sentían dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, fueron contra la ciudad que estaba desprevenida y mataron a todo varón.
También mataron a filo de espada a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina de la casa de Siquem, se fueron.
Y los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque habían mancillado a su hermana.
Tomaron sus ovejas, sus vacas, sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que había en el campo.
Llevaron cautivos a todos sus niños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que había en las casas.
Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: — Me han arruinado, haciendo que yo sea odioso entre los habitantes de esta tierra, entre los cananeos y los ferezeos. Teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí, me herirán, y seremos destruidos yo y mi casa.
Y ellos respondieron: — ¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una prostituta?