Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 37:34-35 verso por verso
Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se cubrió con cilicio y guardó duelo por su hijo muchos días.
Todos sus hijos y todas sus hijas fueron para consolarlo, pero él rehusó ser consolado. Y decía: — ¡Enlutado descenderé hasta mi hijo, al Seol! Y su padre lo lloraba.