Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 38:15-23 verso por verso
Entonces la vio Judá y pensó que era una prostituta, porque había cubierto su cara.
Y se apartó del camino hacia ella y le dijo: — Ven y deja que me una a ti. Pues no sabía que ella era su nuera. Y ella dijo: — ¿Qué me darás si te unes a mí?
Él respondió: — Yo te enviaré un cabrito del rebaño. Ella le dijo: — Tienes que darme una prenda hasta que me lo envíes.
Y él le dijo: — ¿Qué prenda te daré? Ella le respondió: — Tu anillo, tu cordón y el bastón que llevas en la mano. Él se los dio y se unió a ella, y ella concibió de él.
Luego ella se levantó y se fue. Después se quitó el velo que tenía sobre sí y se vistió de nuevo con su vestido de viudez.
Judá envió el cabrito del rebaño por medio de su amigo el adulamita, para que recuperara la prenda de mano de la mujer, pero él no la halló.
Entonces preguntó a los hombres de aquel lugar diciendo: — ¿Dónde está la prostituta de Enaim, junto al camino? Ellos le dijeron: — Aquí no hay ninguna prostituta.
Él se volvió a Judá y dijo: — No la he hallado. También los hombres del lugar dijeron: “Aquí no hay ninguna prostituta”.
Y Judá dijo: — ¡Que se quede con la prenda! No seamos objeto de burla. He aquí yo le he enviado este cabrito, pero tú no la has hallado.