Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 38:2-10 verso por verso
Judá vio allí a la hija de un hombre cananeo llamado Súa, y la tomó y se unió a ella.
Ella concibió y dio a luz un hijo, y él llamó su nombre Er.
Ella concibió otra vez y dio a luz otro hijo, y ella llamó su nombre Onán.
Volvió a concebir y dio a luz otro hijo, y ella llamó su nombre Sela. Él estaba en Quezib cuando ella dio a luz.
Judá tomó una mujer para Er, su primogénito; esta se llamaba Tamar.
Pero Er, el primogénito de Judá, era malo ante los ojos del SEÑOR, y el SEÑOR le quitó la vida.
Entonces Judá dijo a Onán: — Únete a la mujer de tu hermano; cumple así con ella tu deber de cuñado, y levanta descendencia a tu hermano.
Pero sabiendo Onán que el hijo que le naciera no sería considerado suyo, sucedía que cada vez que se unía a la mujer de su hermano, vertía en tierra para no dar descendencia a su hermano.
Pero lo que hacía era malo ante los ojos del SEÑOR, y también a él le quitó la vida.