Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 4:3-14 verso por verso
Aconteció después de un tiempo que Caín trajo, del fruto de la tierra, una ofrenda al SEÑOR.
Abel también trajo una ofrenda de los primogénitos de sus ovejas, lo mejor de ellas. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y su ofrenda,
pero no miró con agrado a Caín ni su ofrenda. Por eso Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante.
Entonces el SEÑOR dijo a Caín: — ¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha decaído tu semblante?
Si haces lo bueno, ¿no serás enaltecido? Pero si no haces lo bueno, el pecado está a la puerta y te seducirá; pero tú debes enseñorearte de él.
Caín habló con su hermano Abel. Y sucedió que estando juntos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.
Entonces el SEÑOR preguntó a Caín: — ¿Dónde está tu hermano Abel? Y respondió: — No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?
Le preguntó: — ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
Ahora pues, maldito seas tú, lejos de la tierra que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
Cuando trabajes la tierra, ella no te volverá a dar su fuerza. Y serás errante y fugitivo en la tierra.
Caín dijo al SEÑOR: — ¡Grande es mi castigo para ser soportado!
He aquí que me echas hoy de la faz de la tierra, y me esconderé de tu presencia. Seré errante y fugitivo en la tierra, y sucederá que cualquiera que me halle me matará.