Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 41:5-14 verso por verso
Se durmió de nuevo y soñó por segunda vez; y he aquí que siete espigas subieron de un solo tallo, gruesas y hermosas.
Pero he aquí que detrás de ellas brotaron otras siete espigas delgadas y quemadas por el viento del oriente.
Entonces las espigas delgadas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. El faraón se despertó, y he aquí que había sido un sueño.
Sucedió que por la mañana su espíritu estaba perturbado, por lo que mandó llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios. El faraón les contó sus sueños, pero no había quien se los interpretara al faraón.
Entonces el jefe de los coperos habló al faraón diciendo: — Ahora haré mención de una falta mía.
El faraón se enojó contra sus siervos y me echó en la cárcel de la casa del capitán de la guardia, junto con el jefe de los panaderos.
En una misma noche él y yo tuvimos un sueño, y cada sueño tenía su propia interpretación.
Y estaba allí con nosotros un joven hebreo, esclavo del capitán de la guardia. Se lo contamos, y él interpretó nuestros sueños; a cada uno le interpretó su propio sueño.
Y aconteció que tal como él nos lo interpretó, así sucedió: A mí el faraón me restableció en mi puesto y al otro lo hizo colgar.
Entonces el faraón mandó llamar a José, y lo hicieron salir apresuradamente de la mazmorra. Se afeitó, se cambió de ropa y vino al faraón.