Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 42:27-38 verso por verso
Pero al abrir uno de ellos su costal en la posada, para dar comida a su asno, vio su dinero en la boca de su costal,
y dijo a sus hermanos: — ¡Mi dinero me ha sido devuelto! ¡He aquí, está en mi costal! Se les sobresaltó el corazón y temblando se dijeron unos a otros: — ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
Habiendo venido a Jacob su padre, en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acontecido, diciendo:
— Aquel hombre, el señor de la tierra, nos habló con dureza y nos tomó por espías del país.
Nosotros le dijimos: “Somos hombres honestos; no somos espías.
Somos doce hermanos, hijos de un mismo padre; uno ya no está con nosotros, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán”.
Y aquel hombre, el señor de la tierra, nos dijo: “En esto conoceré si son hombres honestos: Dejen conmigo a uno de sus hermanos, tomen provisiones para saciar el hambre de sus casas y váyanse.
Pero tráiganme a su hermano, el menor, para que yo sepa que no son espías sino hombres honestos. Entonces les devolveré a su hermano, y podrán negociar en el país”.
Y aconteció que al vaciar ellos sus costales, he aquí en el costal de cada uno estaba su bolsa de dinero. Al ver ellos y su padre las bolsas de dinero, tuvieron temor.
Entonces Jacob su padre les dijo: — Ustedes me están privando de mis hijos: José ya no está con nosotros ni Simeón tampoco. Y ahora se llevarán a Benjamín. ¡Contra mí son todas estas cosas!
Rubén habló a su padre diciendo: — Haz morir a mis dos hijos si no te lo traigo de vuelta. Entrégalo en mi mano, que yo te lo traeré de vuelta.
Y él dijo: — No irá mi hijo con ustedes; pues su hermano está muerto, y solo este me ha quedado. Si le aconteciera alguna desgracia en el camino por donde van, harán descender mis canas con dolor a la sepultura.