Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 43:1-14 verso por verso
El hambre era grande en la tierra.
Y aconteció que cuando acabaron de consumir las provisiones que trajeron de Egipto, les dijo su padre: — Vuelvan y compren para nosotros un poco de alimento.
Y Judá le respondió diciendo: — Aquel hombre nos advirtió enfáticamente diciendo: “No verán mi cara a no ser que su hermano esté con ustedes”.
Si dejas ir a nuestro hermano con nosotros, iremos y te compraremos alimentos.
Pero si no lo dejas ir, no iremos; porque aquel hombre nos dijo: “No verán mi cara a no ser que traigan a su hermano con ustedes”.
Y dijo Israel: — ¿Por qué me han hecho tanto mal, declarándole a aquel hombre que tenían otro hermano?
Ellos respondieron: — Aquel hombre nos preguntó expresamente por nosotros y por nuestra familia, diciendo: “¿Vive aún su padre? ¿Tienen algún otro hermano?”. Nosotros respondimos conforme a estas preguntas. ¿Cómo podíamos saber que nos iba a decir: “Hagan venir a su hermano”?
Entonces Judá dijo a Israel su padre: — Deja ir al muchacho conmigo. Así nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no muramos nosotros, tú y nuestros niños pequeños.
Yo saldré como fiador. A mí me pedirás cuentas de él. Si no te lo traigo y lo pongo delante de ti, seré ante ti el culpable para siempre.
Si no nos hubiéramos detenido, ahora ya habríamos vuelto dos veces.
Entonces Israel su padre les respondió: — Si tiene que ser así, hagan esto: Tomen de lo mejor del país en sus equipajes y llévenlo a aquel hombre como un presente: un poco de bálsamo, algo de miel, perfumes, mirra, nueces y almendras.
Tomen con ustedes el doble del dinero, y devuelvan personalmente el dinero que les fue devuelto en la boca de sus costales; quizás fue un error.
Tomen también a su hermano. Levántense y vuelvan a aquel hombre.
¡Que el Dios Todopoderoso les conceda hallar misericordia delante de aquel hombre, y libere a su otro hermano y a Benjamín! Y si yo he de ser privado de mis hijos, que lo sea.