Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 45:1-10 verso por verso
José ya no podía contenerse más delante de todos los que estaban en su presencia, y gritó: — ¡Que salgan todos de mi presencia! Nadie quedó con él cuando se dio a conocer a sus hermanos.
Entonces se puso a llorar a gritos, y lo oyeron los egipcios. Y fue oído también en la casa del faraón.
José dijo a sus hermanos: — Yo soy José. ¿Vive aún mi padre? Sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban aterrados delante de él.
Entonces José dijo a sus hermanos: — Acérquense a mí, por favor. Ellos se acercaron, y él les dijo: — Yo soy José su hermano, el que vendieron para Egipto.
Ahora pues, no se entristezcan ni les pese el haberme vendido acá, porque para preservación de vida me ha enviado Dios delante de ustedes.
Ya han transcurrido dos años de hambre en medio de la tierra, y todavía quedan cinco años en que no habrá ni siembra ni siega.
Pero Dios me ha enviado delante de ustedes para preservarles posteridad en la tierra, y para darles vida mediante una gran liberación.
Así que no me enviaron ustedes acá, sino Dios, que me ha puesto como protector del faraón, como señor de toda su casa y como gobernador de toda la tierra de Egipto.
»Apresúrense, vayan a mi padre y díganle: “Así dice tu hijo José: ‘Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a mí; no te detengas.
Habitarás en la zona de Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de tus hijos, tus rebaños, tus vacas y todo lo que tienes.