Explicación, estudio y comentario bíblico de Génesis 48:9-20 verso por verso
José respondió a su padre: — Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: — Por favor, acércamelos para que los bendiga.
Los ojos de Israel estaban tan debilitados por la vejez que no podía ver. Hizo, pues, que ellos se acercaran a él; y él los besó y los abrazó.
Y dijo Israel a José: — Yo no esperaba ver tu cara, ¡y he aquí que Dios me ha hecho ver también a tus hijos!
Entonces José los apartó de entre sus rodillas, y se postró con su rostro a tierra.
Luego tomó José a ambos: a Efraín a su derecha (a la izquierda de Israel), y a Manasés a su izquierda (a la derecha de Israel); y los acercó a él.
Luego Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda la puso sobre la cabeza de Manasés, cruzando sus manos a propósito, a pesar de que el primogénito era Manasés.
Y bendijo a José diciendo:
Al ver José que su padre ponía su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le pareció mal, y tomó la mano de su padre para pasarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.
José dijo a su padre: — Así no, padre mío, porque este es el primogénito. Pon tu diestra sobre su cabeza.
Pero su padre rehusó y dijo: — Lo sé, hijo mío, lo sé. También él llegará a ser un pueblo y también será engrandecido. Pero su hermano menor será más grande que él, y sus descendientes llegarán a ser una multitud de naciones.
Y los bendijo aquel día diciendo: — Israel bendecirá en su nombre, diciendo: “Dios te haga como a Efraín y como a Manasés”. Así nombró a Efraín antes que a Manasés.