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Entonces Jacob llamó a sus hijos y les dijo: “Reúnanse, y les declararé lo que les ha de acontecer en los días postreros.
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Reúnanse y escuchen, hijos de Jacob; escuchen a su padre Israel:
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“Rubén, mi primogénito: Tú eres mi fortaleza y el principio de mi vigor; principal en dignidad y principal en poder.
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Porque fuiste inestable como el agua, no serás el principal. Porque subiste a la cama de tu padre, y al subir a mi lecho lo profanaste.
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“Simeón y Leví son hermanos; sus armas son instrumentos de violencia.
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No participe mi alma en su consejo ni mi honor se adhiera a su asamblea.Porque en su furor mataron hombres, y en su capricho lisiaron bueyes.
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Maldito sea su furor, porque fue fiero, y su ira, porque fue cruel. Yo los dispersaré en Jacob, y los esparciré en Israel.
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“Judá, tus hermanos te alabarán. Tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos, y los hijos de tu padre se postrarán ante ti.
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Eres un cachorro de león, oh Judá; vuelves de cazar, hijo mío. Se agacha y se recuesta cual león; y como leona, ¿quién lo despertará?
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El cetro no será quitado de Judá ni la vara de autoridad de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y le obedecerán los pueblos.
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Atando a la vid su borriquillo y a la cepa la cría de su asna, lava en vino su vestidura y en sangre de uvas su manto.
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Sus ojos están brillantes por el vino, y sus dientes blancos por la leche.