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Eres un cachorro de león, oh Judá; vuelves de cazar, hijo mío. Se agacha y se recuesta cual león; y como leona, ¿quién lo despertará?
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El cetro no será quitado de Judá ni la vara de autoridad de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y le obedecerán los pueblos.
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Atando a la vid su borriquillo y a la cepa la cría de su asna, lava en vino su vestidura y en sangre de uvas su manto.
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Sus ojos están brillantes por el vino, y sus dientes blancos por la leche.
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