Explicación, estudio y comentario bíblico de Habacuc 1:11-16 verso por verso
Entonces su espíritu pasará y se acabará; devolverá a su dios esta su fuerza.
— ¿Acaso no eres tú desde el principio, oh SEÑOR, Dios mío y Santo mío? ¡No moriremos! Oh SEÑOR, para juicio pusiste a los caldeos; tú, oh Roca, los has establecido para castigar.
Eres demasiado limpio como para mirar el mal; tú no puedes ver el agravio. ¿Por qué, pues, contemplas a los traidores y callas cuando el impío destruye al más justo que él?
»Permites que los hombres sean como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne.
A todos saca con anzuelo; los atrapa en su red y los junta en su malla, por lo cual se alegra y se regocija.
Por eso rinde sacrificios a su red y ofrece incienso a su malla; porque gracias a ellas incrementa su porción y hace suculenta su comida.