Explicación, estudio y comentario bíblico de Habacuc 3:3-13 verso por verso
Dios viene desde Temán; y el Santo, de los montes de Parán. SelahSu esplendor cubre los cielos y la tierra se llena de su alabanza.
Tiene un resplandor como de luz; rayos brillantes salen de sus manos y allí se oculta su poderío.
La mortandad va delante de él y de sus pies salen llamaradas.
Se detiene y hace temblar la tierra; mira y estremece a las naciones. Se desmoronan los montes sempiternos; las antiguas colinas se postran ante él. ¡Sus caminos son eternos!
He visto en aflicción las tiendas de Cusán; temblaban las moradas de la tierra de Madián.
¿Es que te has airado, oh SEÑOR, contra los ríos? ¿Se ha encendido contra los ríos tu enojo? ¿Fue dirigida tu ira contra el mar,cuando subiste sobre tus caballos y sobre tus carros de victoria?
Has desnudado completamente tu arco; has provisto en abundancia las flechas de tu palabra. Selah Hendiste la tierra con ríos.
Te vieron las montañas y temblaron; pasó la inundación de las aguas. El abismo dio su voz; levantó en alto sus manos.
El sol y la luna se detuvieron en su cenit. Anduvieron a la luz de tus flechas y al resplandor del brillo de tu lanza.
Con ira pisoteaste la tierra; con furor trillaste las naciones.
Saliste para librar a tu pueblo, para salvar a tu ungido. Destrozaste el techo de la casa del impío; desnudaste el cimiento hasta la roca. Selah