Explicación, estudio y comentario bíblico de Hebreos 12:4-13 verso por verso
Pues todavía no han resistido hasta la sangre combatiendo contra el pecado.
¿Y ya han olvidado la exhortación que se les dirige como a hijos? Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor ni desmayes cuando seas reprendido por él.
Porque el Señor disciplina al que ama y castiga a todo el que recibe como hijo.
Permanezcan bajo la disciplina; Dios los está tratando como a hijos. Porque, ¿qué hijo es aquel a quien su padre no disciplina?
Pero si están sin la disciplina de la cual todos han sido participantes, entonces son ilegítimos, y no hijos.
Además, teníamos a nuestros padres carnales que nos disciplinaban y los respetábamos. ¿No obedeceremos con mayor razón al Padre de los espíritus, y viviremos?
Ellos nos disciplinaban por pocos días como a ellos les parecía, mientras que él nos disciplina para bien a fin de que participemos de su santidad.
Al momento, ninguna disciplina parece ser causa de gozo sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados.
Por lo tanto, fortalezcan las manos debilitadas y las rodillas paralizadas;
y enderecen para sus pies los caminos torcidos, para que el cojo no sea desviado sino, más bien, sanado.