Explicación, estudio y comentario bíblico de Hebreos 12:9-17 verso por verso
Además, teníamos a nuestros padres carnales que nos disciplinaban y los respetábamos. ¿No obedeceremos con mayor razón al Padre de los espíritus, y viviremos?
Ellos nos disciplinaban por pocos días como a ellos les parecía, mientras que él nos disciplina para bien a fin de que participemos de su santidad.
Al momento, ninguna disciplina parece ser causa de gozo sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados.
Por lo tanto, fortalezcan las manos debilitadas y las rodillas paralizadas;
y enderecen para sus pies los caminos torcidos, para que el cojo no sea desviado sino, más bien, sanado.
Procuren la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor.
Miren bien que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que ninguna raíz de amargura brote y cause estorbo, y que por ella muchos sean contaminados;
que ninguno sea inmoral ni profano como Esaú que, por una sola comida, vendió su propia primogenitura.
Porque ya saben que fue reprobado, a pesar de que después quería heredar la bendición, porque no halló más ocasión de arrepentimiento, aunque lo buscó con lágrimas.