• Hebreos 9:25

    Tampoco entró para ofrecerse muchas veces a sí mismo, como entra cada año el sumo sacerdote en el lugar santísimo con sangre ajena.

  • Hebreos 9:26

    De otra manera, le habría sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo.

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