• Hechos 10:21

    Entonces Pedro bajó para recibir a los hombres y dijo: — Heme aquí. Yo soy el que buscan. ¿Cuál es la causa por la que han venido?

  • Hechos 10:22

    Ellos dijeron: — Cornelio, un centurión, hombre justo y temeroso de Dios, como bien lo testifica toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones en una revelación por medio de un santo ángel, para hacerte venir a su casa y oír tus palabras.

  • Hechos 10:23

    Entonces les hizo entrar y los alojó. Al día siguiente, se levantó y fue con ellos. También le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.

  • Hechos 10:24

    Al día siguiente, entraron en Cesarea. Cornelio los estaba esperando, habiendo invitado a sus parientes y a sus amigos más íntimos.

  • Hechos 10:25

    Cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió para recibirle, se postró a sus pies y le adoró.

  • Hechos 10:26

    Pero Pedro le levantó diciendo: — ¡Levántate! Yo mismo también soy hombre.

  • Hechos 10:27

    Mientras hablaba con él, entró y halló que muchos se habían reunido.

  • Hechos 10:28

    Y les dijo: — Ustedes saben cuán indebido le es a un hombre judío juntarse o acercarse a un extranjero, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre llame común o inmundo.

  • Hechos 10:29

    Por esto, al ser llamado, vine sin poner objeciones. Así que pregunto: ¿Por qué razón mandaron por mí?

  • Hechos 10:30

    Entonces dijo Cornelio: — Hace cuatro días como a esta hora, como las tres de la tarde, yo estaba orando en mi casa. Y he aquí, un hombre en vestiduras resplandecientes se puso de pie delante de mí

  • Hechos 10:31

    y dijo: “Cornelio, tu oración ha sido atendida, y tus obras de misericordia han sido recordadas ante la presencia de Dios.

  • Hechos 10:32

    Envía, por tanto, a Jope y haz venir a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro. Él está alojado en casa de Simón el curtidor, junto al mar”.

  • Hechos 10:33

    Así que, inmediatamente envié a ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado.

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