Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 13:38-52 verso por verso
»Por lo tanto, hermanos, sea conocido de ustedes que por medio de él se les anuncia el perdón de pecados.
Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudieron ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
Miren, pues, que no sobrevenga lo que está dicho en los Profetas:
Miren, burladores, asómbrense y perezcan. Porque yo hago una gran obra en sus días: una obra que jamás la creerán, aunque alguien se las cuente.
Cuando ellos salían, les rogaron que el sábado siguiente les hablaran de estos temas.
Entonces una vez despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes les hablaban y les persuadían a perseverar fieles en la gracia de Dios.
El sábado siguiente se reunió casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.
Y cuando los judíos vieron las multitudes se llenaron de celos, y blasfemando contradecían lo que Pablo decía.
Entonces Pablo y Bernabé, hablando con valentía, dijeron: — Era necesario que se les hablara a ustedes primero la palabra de Dios; pero ya que la han desechado y no se juzgan dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
Porque así nos ha mandado el Señor: Te he puesto por luz a los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.
Al oír esto, los gentiles se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron cuantos estaban designados para la vida eterna.
Y la palabra del Señor se difundía por toda la región.
Pero los judíos instigaron a unas mujeres piadosas y distinguidas y a los principales de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de sus territorios.
Entonces sacudieron el polvo de sus pies contra ellos, y se fueron a Iconio.
Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.