Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 15:10-28 verso por verso
Ahora pues, ¿por qué ponen a prueba a Dios, colocando sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
Más bien, nosotros creemos que somos salvos por la gracia del Señor Jesús, del mismo modo que ellos.
Entonces toda la asamblea guardó silencio. Y escuchaban a Bernabé y a Pablo, mientras contaban cuántas señales y maravillas Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles.
Cuando terminaron de hablar, Jacobo respondió diciendo: — Hermanos, óiganme:
Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles para tomar de entre ellos un pueblo para su nombre.
Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
“Después de esto volveré y reconstruiré el tabernáculo de David, que está caído. Reconstruiré sus ruinas y lo volveré a levantar,
para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre”,
dice el Señor que hace estas cosas, que son conocidas desde la eternidad.
Por lo cual yo juzgo que no hay que inquietar a los gentiles que se convierten a Dios,
sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de inmoralidad sexual, de lo estrangulado y de sangre.
Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes le prediquen en las sinagogas, donde es leído cada sábado.
Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos con toda la iglesia que enviaran a unos hombres elegidos de entre ellos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, quienes eran hombres prominentes entre los hermanos.
Por medio de ellos escribieron: Los apóstoles, los ancianos y los hermanos, a los hermanos gentiles que están en Antioquía, Siria y Cilicia. Saludos.
Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos instrucciones, les han molestado con palabras, trastornando sus vidas,
de común acuerdo nos ha parecido bien elegir unos hombres y enviarlos a ustedes con nuestros amados Bernabé y Pablo,
hombres que han arriesgado su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Así que hemos enviado a Judas y a Silas, los cuales también les confirmarán de palabra el mismo informe.
Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles ninguna carga más que estas cosas necesarias: