Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 16:27-33 verso por verso
Cuando el carcelero despertó y vio abiertas las puertas de la cárcel, sacó su espada y estaba a punto de matarse, porque pensaba que los presos se habían escapado.
Pero Pablo gritó a gran voz, diciendo: — ¡No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí!
Entonces él pidió luz y se lanzó adentro, y se postró temblando ante Pablo y Silas.
Sacándolos afuera, les dijo: — Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
Ellos dijeron: — Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa.
Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
En aquella hora de la noche, los tomó consigo y les lavó las heridas de los azotes. Y él fue bautizado en seguida, con todos los suyos.