Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 19:18-26 verso por verso
Muchos de los que habían creído venían confesando y reconociendo sus prácticas públicamente.
Asimismo, un buen número de los que habían practicado la magia trajeron sus libros y los quemaron delante de todos. Calcularon su valor y hallaron que era de cincuenta mil monedas de plata.
De esta manera crecía la palabra del Señor y prevalecía poderosamente.
Cuando estas cosas se cumplieron, Pablo propuso en su espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: “Después que haya estado en Jerusalén, me será preciso ver también a Roma”.
Y después de enviar a Macedonia a dos de los que le ayudaban, a Timoteo y a Erasto, él mismo se detuvo por algún tiempo en Asia.
En aquel entonces se produjo un alboroto no pequeño acerca del Camino.
Porque cierto platero, llamado Demetrio, que elaboraba en plata templecillos de Artemisa, y daba no poca ganancia a los artesanos,
reunió a estos con los obreros de oficios semejantes y les dijo: — Hombres, saben que nuestra prosperidad proviene de este oficio;
y ven y oyen que no solamente en Éfeso, sino también en casi toda Asia, este Pablo ha persuadido y apartado a mucha gente, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.