Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 2:24-33 verso por verso
A él, Dios le resucitó, habiendo desatado los dolores de la muerte; puesto que era imposible que él quedara detenido bajo su dominio.
Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí, porque está a mi derecha, para que yo no sea sacudido.
Por tanto, se alegró mi corazón, y se gozó mi lengua; y aun mi cuerpo descansará en esperanza.
Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
Me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de alegría con tu presencia.
»Hermanos, les puedo decir confiadamente que nuestro padre David murió y fue sepultado, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy.
Siendo, pues, profeta y sabiendo que Dios le había jurado con juramento que se sentaría sobre su trono uno de su descendencia,
y viéndolo de antemano, habló de la resurrección de Cristo: que no fue abandonado en el Hades, ni su cuerpo vio corrupción.
¡A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos!
»Así que, exaltado por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen.