Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 2:5-13 verso por verso
En Jerusalén habitaban judíos, hombres piadosos de todas las naciones debajo del cielo.
Cuando se produjo este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confundidos porque cada uno les oía hablar en su propio idioma.
Estaban atónitos y asombrados, y decían: — Miren, ¿no son galileos todos estos que hablan?
¿Cómo, pues, oímos nosotros cada uno en nuestro idioma en que nacimos?
Partos, medos, elamitas; habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia,
de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia más allá de Cirene; forasteros romanos, tanto judíos como prosélitos;
cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestros propios idiomas los grandes hechos de Dios.
Todos estaban atónitos y perplejos, y se decían unos a otros: — ¿Qué quiere decir esto?
Pero otros, burlándose, decían: — Están llenos de vino nuevo.