Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 21:20-28 verso por verso
Cuando lo oyeron, glorificaron a Dios. Y le dijeron: — Tú ves, hermano, cuántos miles de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.
Pero se les ha informado acerca de ti, que tú enseñas a apartarse de Moisés a todos los judíos que están entre los gentiles, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni anden según nuestras costumbres.
¿Qué hay, pues, de esto? Seguramente oirán que has venido.
Por tanto, haz esto que te decimos. Entre nosotros hay cuatro hombres que han hecho votos.
Toma contigo a estos hombres, purifícate con ellos, paga por ellos para que se rapen sus cabezas, y todos sabrán que no hay nada de lo que se les ha informado acerca de ti, sino que tú también sigues guardando la ley.
Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros hemos escrito lo que habíamos decidido: que se abstengan de lo que es ofrecido a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de inmoralidad sexual.
Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres. Al día siguiente, después de purificarse con ellos, entró en el templo para dar aviso del día en que se cumpliría la purificación, cuando se ofrecería el sacrificio por cada uno de ellos.
Cuando iban a terminar los siete días, los judíos de Asia, al verle en el templo, comenzaron a alborotar a todo el pueblo y le echaron mano,
gritando: “¡Hombres de Israel! ¡Ayuden! ¡Este es el hombre que por todas partes anda enseñando a todos contra nuestro pueblo, la ley y este lugar! Y además de esto, ha metido griegos dentro del templo y ha profanado este lugar santo”.