• Hechos 22:3

    — Soy un hombre judío, nacido en Tarso de Cilicia pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la ley de nuestros padres, siendo celoso de Dios como lo son todos ustedes hoy.

  • Hechos 22:4

    Yo perseguí este Camino hasta la muerte, tomando presos y entregando en las cárceles a hombres y también a mujeres,

  • Hechos 22:5

    como aun el sumo sacerdote es mi testigo, y todos los ancianos de quienes también recibí cartas para los hermanos. Y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén a los que estaban allí, para que fueran castigados.

  • Hechos 22:6

    Pero me sucedió, cuando viajaba y llegaba cerca de Damasco, como a mediodía, que de repente me rodeó de resplandor una gran luz del cielo.

  • Hechos 22:7

    Yo caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”.

  • Hechos 22:8

    Entonces yo respondí: “¿Quién eres, Señor?”. Y me dijo: “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues”.

  • Hechos 22:9

    A la verdad, los que estaban conmigo vieron la luz, pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.

  • Hechos 22:10

    Yo dije: “¿Qué haré, Señor?”. Y el Señor me dijo: “Levántate y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que te está ordenado hacer”.

  • Hechos 22:11

    »Como no podía ver a causa del resplandor de aquella luz, fui guiado de la mano por los que estaban conmigo, y entré en Damasco.

  • Hechos 22:12

    Entonces un tal Ananías, hombre piadoso conforme a la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que moraban allí,

  • Hechos 22:13

    vino a mí y puesto de pie me dijo: “Hermano Saulo, recibe la vista”. Y yo le vi en aquel instante.

  • Hechos 22:14

    Y él me dijo: “El Dios de nuestros padres te ha designado de antemano para que conozcas su voluntad y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.

  • Hechos 22:15

    Porque serás su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.

  • Hechos 22:16

    Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”.

  • Hechos 22:17

    »Entonces, cuando volví a Jerusalén, mientras oraba en el templo, sucedió que caí en éxtasis

  • Hechos 22:18

    y vi al Señor que me decía: “Date prisa y sal de inmediato de Jerusalén, porque no recibirán tu testimonio acerca de mí”.

  • Hechos 22:19

    Y yo dije: “Señor, ellos saben bien que yo andaba encarcelando y azotando a los que creían en ti en todas las sinagogas;

  • Hechos 22:20

    y cuando se derramaba la sangre de tu testigo Esteban, yo también estaba presente, aprobaba su muerte y guardaba la ropa de los que le mataban”.

  • Hechos 22:21

    Pero él me dijo: “Anda, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles”.

  • Hechos 22:22

    Le escucharon hasta esta palabra. Entonces alzaron la voz diciendo: — ¡Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva!

  • Hechos 22:23

    Como ellos daban voces, arrojaban sus ropas y echaban polvo al aire,

  • Hechos 22:24

    el tribuno mandó que metieran a Pablo en la fortaleza y ordenó que le sometieran a interrogatorio mediante azotes, para saber por qué causa daban voces así contra él.

  • Hechos 22:25

    Pero apenas lo estiraron con las correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: — ¿Es lícito a ustedes azotar a un ciudadano romano que no ha sido condenado?

  • Hechos 22:26

    Cuando el centurión oyó esto, fue e informó al tribuno diciendo: — ¿Qué vas a hacer? Pues este hombre es romano.

  • Hechos 22:27

    Vino el tribuno y le dijo: — Dime, ¿eres tú romano? Y él dijo: — Sí.

  • Hechos 22:28

    El tribuno respondió: — Yo logré esta ciudadanía con una gran suma. Entonces Pablo dijo: — Pero yo la tengo por nacimiento.

  • Hechos 22:29

    Así que, en seguida se retiraron de él los que le iban a interrogar. También el tribuno tuvo temor cuando supo que Pablo era ciudadano romano y que le había tenido atado.

  • Hechos 22:30

    Al día siguiente, queriendo saber con certeza la verdadera razón por la que era acusado por los judíos, le desató y mandó reunir a todos los principales sacerdotes y a todo el Sanedrín de ellos. Y sacando a Pablo, lo presentó delante de ellos.

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