Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 22:4-9 verso por verso
Yo perseguí este Camino hasta la muerte, tomando presos y entregando en las cárceles a hombres y también a mujeres,
como aun el sumo sacerdote es mi testigo, y todos los ancianos de quienes también recibí cartas para los hermanos. Y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén a los que estaban allí, para que fueran castigados.
Pero me sucedió, cuando viajaba y llegaba cerca de Damasco, como a mediodía, que de repente me rodeó de resplandor una gran luz del cielo.
Yo caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”.
Entonces yo respondí: “¿Quién eres, Señor?”. Y me dijo: “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues”.
A la verdad, los que estaban conmigo vieron la luz, pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.