Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 24:16-44 verso por verso
Y por esto yo me esfuerzo siempre por tener una conciencia sin remordimiento delante de Dios y los hombres.
»Pasados muchos años, vine para presentar donativos y ofrendas a mi nación.
Mientras hacía esto, unos judíos de Asia me hallaron purificado en el templo (no en tumulto ni con alboroto).
Ellos deberían comparecer delante de ti y traer acusaciones, si es que tienen algo contra mí.
O que digan estos mismos qué delito hallaron cuando comparecí ante el Sanedrín,
salvo que cuando estuve entre ellos lancé este grito: “¡Con respecto a la resurrección de los muertos yo soy juzgado hoy por ustedes!”.
Entonces Félix, estando bien informado acerca de este Camino, les aplazó diciendo: — Cuando venga el tribuno Lisias, examinaré su caso.
Dio órdenes al centurión de que Pablo fuese custodiado, pero que tuviera algunos privilegios y que no se impidiera a ninguno de los suyos atenderle.
Algunos días después, vino Félix con Drusila su esposa, que era judía. Mandó traer a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Cristo Jesús.
Cuando Pablo disertaba de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se llenó de miedo y respondió: — Por ahora, vete; pero cuando tenga oportunidad, te llamaré.
A la vez, Félix esperaba también que se le diera algún dinero de parte de Pablo. Por eso le hacía venir con frecuencia y hablaba con él.
Pero al cabo de dos años, Félix recibió como sucesor a Porcio Festo, y queriéndose congraciar con los judíos, Félix dejó preso a Pablo.