• Hechos 26:20

    Más bien, primeramente a los que estaban en Damasco, y en Jerusalén y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, les he proclamado que se arrepientan y se conviertan a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

  • Hechos 26:21

    »A causa de esto, los judíos me prendieron en el templo e intentaron matarme.

  • Hechos 26:22

    Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, me he mantenido firme hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, sin decir nada ajeno a las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder:

  • Hechos 26:23

    que el Cristo había de padecer, y que por ser el primero de la resurrección de los muertos, había de anunciar luz al pueblo y a los gentiles.

  • Hechos 26:24

    Mientras él decía estas cosas en su defensa, Festo le dijo a gran voz: — ¡Estás loco, Pablo! ¡Las muchas letras te vuelven loco!

  • Hechos 26:25

    Pero Pablo dijo: — No estoy loco, oh excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.

  • Hechos 26:26

    Pues el rey, delante de quien también hablo confiadamente, entiende de estas cosas. Porque estoy convencido de que nada de esto le es oculto, pues esto no ha ocurrido en algún rincón.

  • Hechos 26:27

    ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? ¡Yo sé que crees!

  • Hechos 26:28

    Entonces Agripa dijo a Pablo: — ¡Por poco me persuades a ser cristiano!

  • Hechos 26:29

    Y Pablo dijo: — ¡Quisiera Dios que, por poco o por mucho, no solamente tú sino también todos los que hoy me escuchan fueran hechos como yo, salvo estas cadenas!

  • Hechos 26:30

    Entonces se levantaron el rey, el procurador, Berenice y los que se habían sentado con ellos.

  • Hechos 26:31

    Y después de retirarse aparte, hablaban los unos con los otros diciendo: — Este hombre no hace ninguna cosa digna de muerte ni de prisión.

  • Hechos 26:32

    Y Agripa dijo a Festo: — Este hombre podría ser puesto en libertad, si no hubiera apelado al César.

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