Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 27:14-17 verso por verso
Pero no mucho después dio contra la nave un viento huracanado que se llama Euraquilón.
Como la nave era arrebatada y no podía poner proa al viento, nos abandonamos a él y éramos llevados a la deriva.
Navegamos a sotavento de una pequeña isla que se llama Cauda, y apenas pudimos retener el esquife.
Y después de subirlo a bordo, se valían de refuerzos para ceñir la nave. Pero temiendo encallar en la Sirte, bajaron velas y se dejaban llevar así.