Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 28:23-44 verso por verso
Habiéndole fijado un día, en gran número vinieron a él a donde se alojaba. Desde la mañana hasta el atardecer, les exponía y les daba testimonio del reino de Dios, persuadiéndoles acerca de Jesús, partiendo de la Ley de Moisés y de los Profetas.
Algunos quedaban convencidos por lo que decía, pero otros no creían.
Como ellos no estaban de acuerdo entre sí, se iban cuando Pablo les dijo una última palabra: — Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a sus padres, diciendo:
Ve a este pueblo y diles: “De oído oirán y jamás entenderán; y viendo verán y nunca percibirán”.
Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible, y con los oídos oyeron torpemente. Han cerrado sus ojos de manera que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni entiendan con el corazón, ni se conviertan. Y yo los sanaré.
Sepan, pues, que a los gentiles es anunciada esta salvación de Dios, y ellos oirán.
Pablo permaneció dos años enteros en una casa que alquilaba. A todos los que venían a él, les recibía allí,
predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, con toda libertad y sin impedimento.