Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 5:1-12 verso por verso
Pero cierto hombre llamado Ananías, juntamente con Safira su mujer, vendió una posesión.
Con el conocimiento de su mujer, sustrajo del precio; y llevando una parte, la puso a los pies de los apóstoles.
Y Pedro dijo: — Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para mentir al Espíritu Santo y sustraer del precio del campo?
Reteniéndolo, ¿acaso no seguía siendo tuyo? Y una vez vendido, ¿no estaba bajo tu autoridad? ¿Por qué propusiste en tu corazón hacer esto? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y expiró. Y gran temor sobrevino a todos los que lo oían.
Luego se levantaron los jóvenes y le envolvieron. Y sacándole fuera, lo sepultaron.
Después de un intervalo de unas tres horas, sucedió que entró su mujer, sin saber lo que había acontecido.
Entonces Pedro le preguntó: — Dime, ¿vendieron en tanto el campo? Ella dijo: — Sí, en tanto.
Y Pedro le dijo: — ¿Por qué se pusieron de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor? He aquí los pies de los que han sepultado a tu marido están a la puerta, y te sacarán a ti.
De inmediato, ella cayó a los pies de él y expiró. Cuando los jóvenes entraron, la hallaron muerta; la sacaron y la sepultaron junto a su marido.
Y gran temor sobrevino a la iglesia entera y a todos los que oían de estas cosas.
Por las manos de los apóstoles se hacían muchos milagros y prodigios entre el pueblo, y estaban todos de un solo ánimo en el pórtico de Salomón.