Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 8:18-26 verso por verso
Cuando Simón vio que por medio de la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
diciendo: — Denme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo.
Entonces Pedro le dijo: — ¡Tu dinero perezca contigo, porque has pensado obtener por dinero el don de Dios!
Tú no tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón;
porque veo que estás destinado a hiel de amargura y a cadenas de maldad.
Entonces respondiendo Simón dijo: — Rueguen ustedes por mí ante el Señor, para que ninguna cosa de las que han dicho venga sobre mí.
Ellos, después de haber testificado y hablado la palabra de Dios, regresaron a Jerusalén y anunciaban el evangelio en muchos pueblos de los samaritanos.
Un ángel del Señor habló a Felipe diciendo: “Levántate y ve hacia el sur por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto”.