Explicación, estudio y comentario bíblico de Hechos 8:36-40 verso por verso
Mientras iban por el camino, llegaron a donde había agua, y el eunuco dijo: — He aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?
Y mandó parar el carro. Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y él le bautizó.
Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. Y el eunuco no le vio más, pues seguía su camino gozoso.
Pero Felipe se encontró en Azoto, y pasando por allí, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.