• Isaías 1:11

    Dice el SEÑOR: “¿De qué me sirve la multitud de sus sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.

  • Isaías 1:12

    Cuando vienen a ver mi rostro, ¿quién pide esto de sus manos, para que pisoteen mis atrios?

  • Isaías 1:13

    No traigan más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los sábados y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!

  • Isaías 1:14

    Mi alma aborrece sus lunas nuevas y sus festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.

  • Isaías 1:15

    Cuando extiendan sus manos, yo esconderé de ustedes mis ojos. Aunque multipliquen las oraciones, yo no escucharé. ¡Sus manos están llenas de sangre!

  • Isaías 1:16

    “ Lávense, límpiense, quiten la maldad de sus acciones de delante de mis ojos. Dejen de hacer el mal.

  • Isaías 1:17

    Aprendan a hacer el bien, busquen el derecho, reprendan al opresor, defiendan al huérfano, amparen a la viuda.

  • Isaías 1:18

    “Vengan, pues, dice el SEÑOR; y razonemos juntos: Aunque sus pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

  • Isaías 1:19

    Si quieren y obedecen, comerán de lo mejor de la tierra.

  • Isaías 1:20

    Pero si rehúsan y se rebelan, serán consumidos por la espada; porque la boca del SEÑOR ha hablado”.

  • Isaías 1:21

    ¡Cómo se ha convertido en prostituta la ciudad fiel! Llena estaba de derecho, y en ella habitaba la justicia; pero ahora la habitan homicidas.

  • Isaías 1:22

    Tu plata se ha convertido en escoria; tu vino está adulterado con agua.

  • Isaías 1:23

    Tus magistrados son rebeldes y compañeros de ladrones; cada uno ama el soborno y va tras las recompensas. No defienden al huérfano ni llega a ellos la causa de la viuda.

  • Isaías 1:24

    Por tanto, dice Dios, el SEÑOR de los Ejércitos, el Fuerte de Israel: “¡Ah! Tomaré satisfacción de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos.

  • Isaías 1:25

    Volveré mi mano contra ti; te limpiaré de tus escorias como con lejía y quitaré toda tu impureza.

  • Isaías 1:26

    Luego restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como al comienzo. Y después serás llamada Ciudad de Justicia, Urbe Fiel”.

  • Isaías 1:27

    Sion será redimida con el derecho, y sus arrepentidos con la justicia.

  • Isaías 1:28

    Pero los rebeldes y los pecadores serán quebrantados a una; los que abandonan al SEÑOR serán consumidos.

  • Isaías 1:29

    Entonces se avergonzarán de los robles que han amado, y tendrán afrenta a causa de los jardines que han escogido.

  • Isaías 1:30

    Porque serán como la encina de hojas secas y como el jardín al que le faltan las aguas.

  • Isaías 1:31

    El fuerte se convertirá en estopa, y su trabajo en chispa. Ambos arderán juntos, y no habrá quien los apague.

Continúa después de la publicidad