Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 1:15-20 verso por verso
Cuando extiendan sus manos, yo esconderé de ustedes mis ojos. Aunque multipliquen las oraciones, yo no escucharé. ¡Sus manos están llenas de sangre!
“ Lávense, límpiense, quiten la maldad de sus acciones de delante de mis ojos. Dejen de hacer el mal.
Aprendan a hacer el bien, busquen el derecho, reprendan al opresor, defiendan al huérfano, amparen a la viuda.
“Vengan, pues, dice el SEÑOR; y razonemos juntos: Aunque sus pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si quieren y obedecen, comerán de lo mejor de la tierra.
Pero si rehúsan y se rebelan, serán consumidos por la espada; porque la boca del SEÑOR ha hablado”.