Explicación, estudio y comentario bíblico de Isaías 10:15-34 verso por verso
¿Se jactará el hacha contra el que corta con ella? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la maneja? ¡Como si el bastón manejara al que lo levanta! ¡Como si la vara levantara al que no es madera!
Por tanto, el SEÑOR Dios de los Ejércitos enviará enfermedad a sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como fuego abrasador.
La Luz de Israel será por fuego; y su Santo por llama que consume y devora en un día sus cardos y sus espinos.
Consumirá desde el alma hasta la carne, la gloria de su bosque y de su campo fértil; y vendrá a ser como cuando desfallece un enfermo.
Los árboles que queden en su bosque serán tan pocos que hasta un niño los podrá contar.
Acontecerá en aquel día que el remanente de Israel y los de la casa de Jacob que hayan escapado nunca más se apoyarán en el que los golpeó, sino que verdaderamente se apoyarán en el SEÑOR, el Santo de Israel.
¡Un remanente volverá; un remanente de Jacob volverá al Dios fuerte!
Aunque tu pueblo, oh Israel, sea como la arena del mar, solo un remanente volverá. La destrucción está decidida, desbordando justicia.
Pues el SEÑOR Dios de los Ejércitos ejecutará en medio de todo el país el exterminio que está decidido.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios de los Ejércitos: “Pueblo mío, habitante de Sion, no temas a Asiria. Con vara te golpeará y contra ti alzará su garrote, como en Egipto.
Porque de aquí a muy poco tiempo se acabará mi ira, y mi furor será para su destrucción”.
El SEÑOR de los Ejércitos levantará el látigo contra él, como en la matanza de Madián junto a la peña de Oreb. Alzará su vara sobre el mar, como en Egipto.
Sucederá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro y su yugo de tu cuello. El yugo será destruido a causa de tu unción.
Viene contra Ayat, pasa por Migrón, y en Micmas pasa revista a sus armas.
Pasa el vado y se aloja en Geba. Ramá tiembla; Gabaa de Saúl huye.
¡Grita a gran voz, oh hija de Galim! ¡Escucha, oh Lais! ¡Pobrecita Anatot!
Madmena divaga; los habitantes de Gebim buscan refugio.
Ahora mismo se detendrá en Nob y agitará su mano contra el monte de la hija de Sion, la colina de Jerusalén.
Pero he aquí que el SEÑOR Dios de los Ejércitos desgajará el ramaje con violencia; los de gran altura serán talados, y los altos serán abatidos.
Él cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá ante el Poderoso.